Feliz por poder estar con una nueva criatura en este espacio sin igual. GRACIAS a Grupo Éride tanto por la publicación como por invitarme a pasar una tarde estupenda en la caseta 103. La lluvia nos dio una tregua y brillo el sol. Nada como la luz de Madrid.
Podéis adquirir «Por culpa de los tiempos» en librerías así como en https://libritienda.com/inicio/1773-por-culpa-de-los-tiempos.html?fbclid=IwAR34LuKISgTmq32yu1XrOL7TPXjaFjhvZwhDwDEcc0bh9WaDfrqy0WtkRsw
«Por culpa de los tiempos» consta de catorce piezas breves las cuales están basadas y/o inspiradas en su mayoría en hechos reales ocurridos durante la Guerra Civil. El propósito, una vez más, consiste en sacar a la luz aquellos episodios terribles de nuestra historia – nunca serán suficientes – algunos de ellos desconocidos u olvidados. Por citar, “Saltés” (así se llamaba el campo de concentración en Punta Umbría, Huelva), “219 kms” (la distancia entre Málaga y Almería cuando sucedió “La desbandá”), “Un cantaor” (en torno a la figura de Manuel Gerena y su persecución), “Stanbrook” (el mercante británico en donde huyeron a Argelia tantos españoles apresados en el puerto de alicante) o el tema de las cartas de depuración, como la que le llegó a Antonio Machado post mortem, en “La purga”.
Es por tanto un acercamiento más hacia quienes sufrieron la tortura y la represión (en “Ay, linda amiga” aparece la figura de las pelonas y en “Corre, gacela, corre”, relata el brutal asesinato de un chico homosexual). Aparece, asimismo, una dramatización de un relato de Chaves Nogales, “Madrid heroica», además de un merecido homenaje al médico Juan Bautista Peset, asesinado en Valencia, en “En el medio del caos”. Amén de otras surgidas del taller de dramaturgia de Guillermo Heras como “El útero y la grieta”, “Lear atentado” o “Malditos roedores” de corte más experimental.
Se invita, por tanto, a una profunda reflexión sobre nuestro pasado de la mano de héroes desconocidos cuya lucha nos ha convertido en lo que somos: hombres y mujeres libres, ya que, desde el eterno púlpito eque es el teatro, no habremos de perder de vista al enemigo y evitaremos la oquedad de la que T.S Eliot se lamentaba con su “We are the hollow men” (“Somos los hombres huecos”) en su “La tierra baldía”.
Varias piezas han sido publicadas en otros medios y/o representadas formando parte de lecturas dramatizadas por la AAT en el Centro Dramático Nacional, Madrid.
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