Un extracto de mi reseña. A completo en la web para la cual colaboro masteatro.com en este link:
» … Demasiado dolor y dolor necesario. La Muerte, quien rondaba una urna de tela por escenografía al ritmo de música de sábado-noche suavizada por trompetas y artilugios mariachis, se sentía provocada, se animaba pues a desparramar su carnicería sensual e indolente. De esta manera, la denuncia llegaba bastante rápido y se nos colaba sin vaselina: los parlamentos eran propulsados por los actores cara a cara en un reto al público casi, desafiantes (el recurso manido del micro y la voz neutra y fría con tropezones en la dicción de alguno, no quedaba nada mal); el sexo narrado era soberbio y tangible: su textura llegaba a ser soez, tan soez que resultaba muy divertida, y tan divertida era, que cumplía su cometido: hacernos ver lo terrible que es matar sin compasión y como juego, y nosotros, claro, con media sonrisa, sin rechistar. Tono de noticiero macabro para relatar las muertes de las muchachas de Ciudad Juárez, que de paso se universaliza para aquellas otras que van matando (ojo, nótese este horror vacui en este gerundio) por medio planeta… «.
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