Un extracto de mi reseña para masteatro. com. Al completo en el siguiente link:
» … Anoche Ariadna semejaba un trazo oscuro, vibrante, lleno significante y significado; ella, con urgencia por expresar lo que su personaje insistía en expresar, se recortaba como si fuera un kanji viviente sobre el lienzo blanco de su morada de papel. Mientras, su coro, huidizo, a veces carnavalesco y casi siempre hostil, danzaba con sus figuras caleidoscópicas que se multiplicaban en personajes de la galería agónica y rebelde con causa, del carrusel de sentimientos, ideado por la autora británica Charlotte Brönte. Nivel acertado y sin aspavientos en sus interpretaciones; correctos, a veces demasiado contenidos, pero siempre límpidos en su actuación en una escenografía reconocida, típica y sin sorpresas.
Del montaje -denso, claustrofóbico, sobrante quizás de algunos minutos- me llamaba la atención su tempo: dudaba yo si los cuadros -más bien estampas– si aquellos ademanes o la manera deslizante con la que se movían los intérpretes sobre el suelo iba a tenor de las melodías del piano y del cello o eran las músicas -disciplinadas y delicadísimas, ocurrentes y sorpresivas, sacando partido hasta de la tapa del instrumento- quienes orquestaban en cierto modo el músculo impulsado por Carme Portaceli y así soportar la fuerza del mensaje avant garde de Charlotte… «
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