Aquí os dejo un extracto de mi última reseña. Podéis leerla al completo en:
http://www.masteatro.com/critica-de-yo-feuerbach-2/
» … no he conseguido reírme. Lo siento. Tal vez porque también me agité demasiado (esta la acción acertada, aquí, porque en la farándula no se vive, nos agitamos) porque soy consciente de esta rueda caprichosa y convulsa, de los paréntesis ora obligados ora elegidos; de las metas volantes y las caídas en las curvas; de la vuelta a empezar y el volver a dar por zanjado, de la sublevación de pasiones -bellísima sedición, de ese desastre que al mismo tiempo se configura como catapulta poderosa que nos propulsa a galaxias llenas de pájaros, como los enumerados por nuestro hombre en La Abadía. Todos somos Feuerbach. Todos hemos de hablar y hablar buscando incesantemente interlocutores hasta debajo de las piedras/de las tablas, supervisados, cuestionados y alimentados por las migajas de un ente superior (llámase director, empresario, administración, mandamás, en el caso de Feuerbach un maestro fantasmagórico…) el cual mueve nuestros hilos o nos los corta, o bien antes de tiempo, o justo a tiempo, cuando el tiempo para un actor no es más que un mendigo que esconde sus tesoros … «
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